viernes, 8 de junio de 2012

LA MACORINA


Réquiem por La Macorina
Por  Ramón Díaz
LA  MACORINA, es  un personaje  cubano real que devino en leyenda y  mito. De emblematica  belleza y envuelta en un misterio sublime que estallaó en agerridas pugnas contra las  autoridades en varias  ocaciones.
Su  verdadero nombre primeramente fue María Constancia Caraza Valdés, pero mas tarde  lo cambió por  María Calvo Nodarse, quien nació en Guanajay en 1892, en el seno de una familia  bastante pobre  de costumbres formales , ella  misma narró, a un periodista,  que  cuando tenía 15 años se trasladó a escondidas de su familia a La Habana,  con  su novio. Eran tiempos de asentamientos  en los  solares  habaneros y las desgarradoras crisis económicas debido a  la caída del precio del azúcar  cuyas exportaciones  estaban comenzando pero fueron afectadas  por  las corrosivas acciones  de Hitler en Europa   que afectó  indirectamente , a la capital cubana, con  la  falta  de empleo y de  inversión. Debido a  esta  situación   no pudo sostener su primer plan amoroso y después de  muchas penurias económicas y  sentimentales se vió obligada  a emplear  su belleza por lo que no tardó en tener  diversos amantes ricos. (Esta versión fue  contada  por  ella  misma) La capital  ofrecía potencialmente posibilidades de negocios a esta joven belleza de mujer  llena  de ambiciones.  Nunca  fue prostituta de fila en las aseorias del barrio de San Isidro sino que se  movió en ambiente  de salones. Acudía  a  fiestas  de  alcurnia a principio como colada  y después  requerida  y solicitada por su simpatía y por un juego que empleo desde  el principio afirmando que podía  curar por medio de las  manos.
Sus triunfos sociales no son  menos que  sus  escándalos y confrontaciones en una sociedad que  viajaba  de  un  conservadorismo hispano colonizarte   hacia  una aspiración  liberal. En La Habana y en Santiago de Cuba,  imperaba una clase  social  de empresarios azucareros y cafetaleros conservadores  a  quiene   le llaman  "la sacarocracia" que eran los  que organizaban los festejos y traían las  compañías  de opera  al Teatro Tacón. A este  nivel social aspiraba  la  joven pinareña. Paralelamente comenzaba a  sacar las uñas un nuevo sector conformado por pequeños industriales  entre  ellos zapateros, sastres   y panaderos que dando tumbos  pretendían imponerse como una clase  media  con deseos  de  progreso y  vida frívola, pero su único alcance era el comercio local  y eran de comportamientos  rustico y bajo perfil  cultural por lo  tanto no teniendo  otro  crecimiento por  el momento,  se vendieron  fácilmente a la politiquería y al creciente negocio de la prostitución  cuya clientela fuerte eran los negociantes norteamericanos que  ivan llegando interesados  en el negocio azucarero  y en las curvas  de las mulatas.


                 
Todo lo francés estaba  de moda, las decoraciones  Art Decó, los géneros de imitación a  la  seda, como la opalina y  los  sombreros de bombilla, el danzón aun no se dejaba desplazar por el sweeng americano. Todas  las  celebraciones  eran con orquestas  danzoneras. Eran los  tiempos en  que  llegaban a Cuba las primeras lecturas de las  obras de la escritora  francesa George Sand y se hablaba de la  liberación femenina y el voto electoral de la mujer. Una clandestina actividad  lésbica entre escritoras  e intelectuales académicas  era parte del panorama.
                                                 Fuego  y belleza  de los  años 20s          
En este  ambienta  se  abre  paso María Calvo. Justamente su fama comienza a  ser  más  pública  y escandalosa cuando desafiando las  costumbres  adquiere   el famoso Ford rojo, llamando la atención al   manejar por las calles habaneras sin licencia de conducción. Hay una versión que  fue  un regalo de un poderoso que la  atropelló en su automovil pero esto no es  comprobado.
Las  anecdotas   inspiraron  al  popular  danzón que cantó  Abelardo Barroso:
“Ella gasta gasolina
en su carro colorao y sigue con el tumbao
que ella es la  Macorina”
Más  tarde, se consagra  en una especie  de  balada  son que internacionaliza Chavela  Vargas  y también la  actriz  Miriam Acevedo  tomando los versos   que  le dedicó el poeta  asturiano Alfonso  Carmín:
           “Tus senos carne de anón
            tu boca una bendición
            de guanábana madura
            y era tu bella cintura
           la misma de aquel danzón…¡Ponme la mano  aquí Macorina¡


                               Esta es la  controvertida  y  famosa licencia de manejar
Fue  la  primera  mujer que conducía un  automovil  en  los  años  veinte, por  lo que fue acusada por  la iglesia  de diabólica, se asegura  que fue  un litigio obtener  una  licencia de conducción ya que  no se  había  otorgado nunca   a  una  mujer,  lo cual provocó  varios juicios  legales,  que  se  conservan en el  archivo jurídico de  la nación, y aparecieron  notas  en la  prensa, por tanto  creció  su imagen de triunfadora por el  reclamo de  los  derechos femeninos. Los comités  católicos le dedicaron varias  campañas por su “mal ejemplo”.
Cuando  ganó su  licencia, un Domingo de   verano se  paseó por  el  Prado, manejando y tocando el cornetín,  enseñando el documento  ante los  aplausos  y vítores de  miles  de  admiradores asombrados, hecho que reflejó el diario  de la  Marina de 1925. "La primera mujer  chofer  de Cuba".
La  Macorina es un personaje  que  aparece en la  novela  “Las  impuras”  de  Miguel de Carrión empleando uno de  sus motes “la  aviadora”  y en el  teatro  la  hace  reaparecer el  dramaturgo Carlos  Felipe en su  célebre obra “Réquiem por  Yarini”, considerado un  clásico del teatro  latino americano. Aunque en la  vida real Alberto Yarini  fue  asesinado mucho antes  de la fama  y esplendor  de La  Macorina. En las  artes  plástica se  ubica en  el famoso  cuadro de  Cundo  Bermúdez  en que  aparece la Macorina en su automóvil. Un muñecona gigante, que la  representa  desfila en el carnaval con la Charanga  de  Bejucal.
Famosa  primero por  su  belleza  y sus legendarios  ojos  verdes, frecuentando todas las  semanas el teatro  Politeama, después por  sus fructíferos negocios  en casas de fiestas  alegres, que  le  permitió  relacionarse con  escritores, músicos  y políticos. 
Después, la  Macorina,  llego a  tener nueve  autos  y varias  mansiones  en  el Vedado.  Instó a otras  mujeres a obtener la licencia de conducción y se mantuvo en un permanente  desafío ante el autoritarismo masculino. Las  comprobadas  están  en Calzada y B, Línea y B, en Habana y Compostela y San Miguel entre Belascoaín y Gervasio que  fue  donde  más residió. Donde  llegaban con  frecuencia personalidades sociales  y de las  religiones  afro cubanas entre  ellos los  hijos del famoso Adres Petit  fundador  de la Regla  Kimbisa, se  dice que ella  misma los enlazaba  con los politicos  que necesitaban "trabajos". Estas  casa de  fiestas  que no eran exactamente como   los  burdeles  de  Marina, Pajarito o la  Santa  Rosa, sino algo mas sofisticado en cuyos  salones  ella presentó al Trío Matamoros recién  llegados  de  Santiago  de Cuba. (Contado en una  entrevista por el propio Miguel Matamoros). Su fama  corrió  como  agua  ligera en su  tiempo desde 1917 hasta 1940.
 Especulaciones  y mitos rodearon su nombre, entre  otros, se dijo que  tenía poder  para  curar con  las  manos, algo que comenzó como broma  se fue convirtiendo en leyenda. Es  por  eso la  frase: ¡¡Ponme  la mano  aquí Macorina¡¡”  Practicaba un especie de Reike que consistía e en la cura  con las manos  lo cual no hacia profesionalmente sin que era como un don que poseía  y que  atraía a muchas  personas que le solicitaban curaciones  físicas y espirituales. Se  dice  que,  disimulaba muy  bien una discreta  cojera. No fue una  prostituta  vulgar como algunos han interpretado, era  una  doncella  de salón, podría  comparársele  con  La  Dama de la Camelias de Alejandro Dumas. Irreverente  e  insólita se  auto educó y dominó el idioma  francés  para  relacionarse  con  los nuevos  negociantes de  la  isla en materia de  licores y  telares. Fue  la realización de un sueño Art Decó, bajo el sol del calor cubano. Aprovechó el momento llamado “Las Vacas  Gordas” y se enriqueció obteniendo caballos, joyas, costosos abrigos de piel  que no se adaptaron al clima  tropical, dominó las maneras y  gestos de  la aristocracia que la  envidió y muchas veces  le  cerró las puertas.
Muy  influyente  en la  política, se le vinculó al  presidente José Miguel  Gómez, “El Tiburón” de quien  sacó  ventajas  pero  ella  le fue  fiel en el conflicto de rebelión  llamado La Chambelona. Creció su  fama  de  generosa  y contribuyente a hospicios  de niños  pobres pero bien  lejos de los  comités  de damas  católicas a  quienes  varias  veces  insultó, llamándolas  ¡putas hipócritas” quizás  por las  homilías  de la  iglesia contra su persona.
  “Durante toda mi vida tuve una ilusión: llenar un avión con muñecas y repartirlas entre todas las niñas de Cuba. A veces, en medio de una fiesta y rodeada de admiradores, mi pensamiento volaba hacia aquel avión cargado de muñecas” (Tomado de la  revista  Bohemia 1958).
Declaró en varias entrevistas  que detestaba el sobrenombre  de “la Macorina” que  surgió en una  tarde  de  café  en la Acera del Louvre, en esos  momentos muy de moda la  cupletista española  La Fornarina,  y  un admirador  borrachín,  alzando la voz bautizó a la bella cubana, “Aquí   esta  nuestra Macorinaaa”  con la  risa y el beneplácito de todos, estas  eran  tertulias  político literarias  donde  frecuentaban los  jóvenes  Jorge  Mañach, Emilio Ballagas, Sánchez  Galarraga y otros  nuevos intelectuales. Visitaba con frecuencia la  ciudad de Matanzas donde  contaba con  la amistad  del  músico danzonero Miguel Failde y la famosa iyalocha Ferminita Gómez.
Todavía  tuvo la oportunidad  de ser   entrevistada por  el  periodista Guillermo Villarronda para la revista Bohemia el 26 de octubre de 1958,  fue el  único periodista que logró entrevistarla en su cuarto de la calle Apodaca, donde relataba  que: más de una docena de hombres permanecían rendidos a mis pies, anegados de dinero, suplicantes de amor’. La ostentación fue su rasgo  más llamativo, en Matanzas dicen que  pudo rentar  barcos, para  llevar ofrendas al Olokun de Ferminita  Gómez en alta  mar lejos  de las  costas  de Matanzas.(Investigacione s  de Lidia  Cabrera 1962)
El segundo gran escándalo fue sus  frecuentes apariciones del brazo de Emilio Godoy consentido  y  guapo galan perteneciente a la aristocracia financiera Godoy  y Zayan, al que Maria le pasaba  de  edad con la  tenaz oposición de la  familia.
Después de la  llamadas “Vacas  Gordas” vino la  caída periodo identificado como  “Las  Vacas  Flacas” a consecuencia de la  post  guerra, decayó su  fortuna y su belleza  perdió la lozanía, la competencia del mercado de  mujeres y el juego se convritió en algo mafioso  que  ella  no  pudo manejar  y  vendió como  pudo sus  propiedades, sobre todo por un costoso enfrentamiento  con la familia bancaria Godoy al morir  Emilito Godoy  que fue mecenas de mucho de  sus  beneficios a los niños pobres.
La  familia  Godoy fue muy apoyada  por el gobierno de Grau San Martin por  sus  ayudas  al Partido Autentico. En la  popular  calle Galiano pasó sus últimos  años,  sin  familia, sola y enferma, lejos  de  la  vida galante, sin  recibir  flores y joyas  de  sus antiguos   pretendientes, mirando su  orgullo entre las  fotos  viejas de un cajón y colgados en un ropero algunos  vestidos  de marca  internacional . La  señora Casimira Lamas, una de sus vecinas de la barriada, fue quien atendió a La Macorina en su cama de moribunda declaró: “María me pidió que el día de su muerte le pusiera el vestido amarillo, era  su  ropa de Ochun,  y que no le dijera a nadie que era La Macorina. Una tarde me pidió café. Cuando regresé, ya había muerto. Un médico vecino certificó su defunción como cardiaca. Yo nunca he dejado de llevarle flores amarillas”.
María Calvo Nodarse, La Macorina,  murió muy  pobre  y arruinada en La Habana el 15 de junio de 1977.Fernando Hernández Benítez, que era jefe de sección del cementerio de Colón en la época en que falleció este personaje declaró:
“Este es el panteón donde fue enterrada quien se hacía llamar María Calvo, pero cuyo verdadero nombre era María Constancia Caraza Valdés, según consta en los libros del cementerio. Cuando el 16 de junio de 1977 fue enterrada, no hubo flores, ni danzón, ni
sones, ni se dijo que se trataba de la famosa Macorina, no hubo nadie  que  despidiera  el duelo, porque  no  hubo duelo. Posteriormente, el 4 de agosto de 1986, su cadáver fue exhumado y los restos trasladados a un osario. La  Macorina  es  evocada  en  numerosas misas  espirituales y posee a  múltiples mediums, guía y ayuda de las mujeres fatales. Fue de esas existencias que llegaron para quedarse, siempre en el recuerdo. Dicen  que aun se pasea, en las noches  por  el Prado, pero  que algunos  no la perciben..solo  un  inexplicable olor  a  perfume francés que disipa  la  brisa del malecón  y se eleva hasta los  arboles tropicales.
                                            
Fuentes y Bibliografía: “Las Impuras” y “Las Honradas” de M. de Carrión. Entrevista a  la Macorina de Guillermo Villarronda (Bohemia 1958) Rene Méndez Capote “La Reputica de Cuba”. “Barrios marginales  de La Habana”..Roig  de  Luchering. “El Gallo  de San  Isidro” de Ignacio Gutiérrez, “Réquiem por  Yarini” de C.  Felipe. “El caso de Rachel K” de Manuel Palma. Investigaciones  de Campo: Dialogo personal con  Carlos  Felipe, Julio Martínez  Aparicio, Modesto Centeno, Roberto Garriga, Rubén  Vigón y Manuel Palma (Palmita)
Versión interpretada  por  Chavela  Vargas
"Ponme la mano aquí Macorina
ponme la mano aquí
Tus pies dejaban la estera
y se escapaba tu saya
buscando la guardarraya
que al ver tu talle tan fino
las cañas azucareras
se echaban por el camino
para que tú las molieras
como si fueses molino
Ponme  la mano aqui Macorina

Ponme  la mano  aqui.
tus senos carne de anón
tu boca una bendición
de guanábana madura
y era tu bella cintura
la misma de aquel danzón
pon  pon

Ponme  la mano aqui  Macorina (Bis)
después el amanecer
que de mis brazos te lleva
y yo sin saber qué hacer
de aquel olor a mujer
a mango y a caña nueva
con que me llevaste al son
caliente de aquel danzón